El sexismo lingüístico es el uso
discriminatorio del lenguaje que se hace por razón de sexo. Si se utiliza
correctamente también puede contribuir a la igualdad y a la visibilización de
la mujer.
En la relación
de la sociedad con la lengua observamos que:
-
Los
hablantes asocian incorrectamente sexo biológico y género gramatical.
-
El
predominio lingüístico del género masculino es confundido con el dominio del
varón en la sociedad.
-
El
uso del masculino, como forma de género común, produce incertidumbre,
ambigüedad.
Formas de evitar el lenguaje sexista. Se puede evitar
el abuso del masculino genérico usando las siguientes fórmulas:
- Nombres colectivos
(profesorado, en vez de los profesores, alumnado, en vez de alumnos...)
- Perífrasis (la persona
interesada, en vez del interesado)
- Construcciones metonímicas
(la juventud, en vez de los jóvenes)
- Desdoblamientos (Señores y
señoras, niños y niñas)
- Uso de barras (Sr/a)
- Omisión de determinantes o
empleo de determinantes sin marca de género (cada contribuyente en lugar
de los contribuyentes)
- Uso de formas personales
genéricas o formas no personales de los verbos ("es preciso atender
más" por "es preciso que el alumno atienda más").
Estamos
rodeados constantemente por la publicidad, ya sea en radios, medios de
transporte, televisión, revistas, internet... La publicidad invade nuestros
cerebros incitándonos a comprar un producto, a acudir a un lugar determinado...
pero a veces también conduce al menosprecio, la infravaloración y la
discriminación de un colectivo determinado de personas, generalmente del sexo
opuesto, y cuando esto ocurre, estamos hablando de PUBLICIDAD SEXISTA.
Un
anuncio sexista es aquel que estereotipa la labor de hombres y mujeres
degradándolos e inferiorizándolos y contribuyendo a la situación que se produce
desde la infancia de asignar un rol determinado a cada sexo.
MACHISMO: En la publicidad podemos ver a la mujer
inferiorizada cuando se la trata como responsable del cuidado de la casa, como
un objeto sexual (como cuando aparece como una imagen cercana a las películas
pornográficas y dejando al hombre en un papel exitoso) y también cuando se la
trata como un ser débil y dependiente del hombre.
FEMINISMO: El feminismo pretende situar a la mujer
en una posición equitativa con respecto al hombre y en la publicidad se refleja
intentando desvincular a la mujer de los roles asignados por la sociedad.
También
podemos observar anuncios en los que se intenta transmitir el mensaje de que un
hombre no puede valerse sin una mujer, en esos casos, hablamos de HEMBRISMO.
INFANCIA: En anuncios de juguetes podemos
observar como las chicas aparecen siempre que el juguete vaya destinado a ser
madre, a la limpieza, la belleza. Mientras que en los chichos prima la competencia, acción,
aventura y agresividad.
Los personajes de las
películas Disney están cargados de valores y actitudes estereotipadas: niños
valientes e inteligentes que interpretan papeles de héroes y niñas miedosas,
hacendosas, buenas, obedientes, cariñosas, cuyo único objetivo en la vida es
“estar atractivas” para encontrar al Príncipe azul.
Blancanieves (Blancanieves
y los siete enanitos, 1937), Cenicienta,
siempre aparece limpiando y con una actitud de total satisfacción aunque
realice tediosos trabajos. En las escenas fuera de su entorno conocido se muestra
asustada y desprotegida.
-
Ariel (La
Sirenita, 1989) está dispuesta a dejarlo todo por formar parte de su Príncipe
Azul. No le importa modificar su aspecto o incluso perder alguna de sus
facultades por conseguir su ideal, Representa el papel de la mujer dependiente
-
Bella (La
Bella y la Bestia, 1991) representa un papel de cuidadora de su padre, y
después de la Bestia.
-
Mulán (Mulán,
1998) es una princesa guerrera, que sólo puede llevar a cabo sus hazañas bajo
la apariencia de un hombre.
CONCLUSIÓN: La familia
es el primer lugar donde se perpetúan los roles que la sociedad ha establecido
para hombres y mujeres y esto continua en la escuela.
Uno de los objetivos de
la educación es enseñar a niñas y niños a comportarse según los valores y
pautas socioculturales preestablecidos y se suele potenciar en las niñas la
sensibilidad, el miedo, la obediencia, la dependencia, la afectividad y en los
niños la agresividad, la competitividad, la independencia…Siendo iniciadores de
graves problemas como la violencia de género.
Asique en este aspecto,
es tan importante un cambio a nivel familiar como escolar, debemos crear una
escuela que eduque desde la igualdad y el respeto hacia los demás y que deje
fuera los prejuicios y expectativas resultantes del sexo, es decir, no porque
una niña sea niña va a ser más ordenada, trabajadora...ni un niño más
intuitivo, menos responsable...
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